#11 : Agosto 24, 1999
Sufrimiento
Al parecer, el sufrimiento es uno de los denominadores comunes a lo biológico. Suele ocurrir intermitentemente, a veces por carencias, otras veces por excesos y otras, por resistencias. Se ha observado que la falta o ausencia de resistencia (en la forma de renuncias, abandonos, negligencias), también puede provocarlo.
Estos términos no son absolutos y sus combinaciones y permutaciones pueden ayudar a comprender la duración e intensidad del fenómeno. Pueden además, ser utilizados como indicadores o como registros y despertadores para minimizar sus efectos, a veces devastadores.
En el pasado y particularmente en el pensamiento oriental, el sufrimiento ha sido atribuído al “deseo”, el cual adquirió desde entonces malísima reputación filosófica y mística. Pero el ‘deseo’ en sí no fue suficientemente explicado y en consecuencia, la Vida debió ser justificada por la pariente pobre, la ‘necesidad’.
Pero hete aquí que el temperamento de la necesidad no es más sutil ni más sobrio que el de su gemelo el deseo. Y cuando las carencias, excesos, resistencias y renuncias la afectan, puede ser verdaderamente escandalosa.
Si alguien, por razones de experimentación, quisiera voluntariamente reducirse a sus necesidades, nos parece muy bien que lo ensaye. Pero, si como resultado de tales experimentos comenzara a pensar que hay que clausurar el emporio de don Pepe, ojo!, que muchos son los que adquieren allí su tabaco, su café y algunas otras inútiles pero exquisitas golosinas.
Los gemelos necesidad y deseo podrán ser de padre desconocido como alegan algunos pensadores intrépidos, pero ciertamente tienen la misma prolífica madre, la que generalmente es objeto del desdén de algunos intelectuales.
En los países desarrollados, a esta pareja se la considera como una amalgama indiscernible y en los países más pobres sólo la necesidad tiene carta de ciudadanía. Hay excepciones. Por ejemplo, Pakistán, India y Corea del Norte acaban de probar exitosamente sus programas nucleares y un buen número de naciones subdesarrolladas hacen esfuerzos por procurarse por lo menos, una que otra arma biológica. Pero otra cosa es el sufrimiento de las naciones…
A nivel práctico y cotidiano, son realmente necesarias las finas disquisiciones filosóficas? Seguramente, para algunos sí; pero tal vez sea suficiente para otros atender a los indicadores de malos tiempos y ejercitar un poco el sentido no-común. Cuando un dolor físico nos afecta, nos percatamos de que algo anda mal porque el dolor es un sistema de alarma. El sufrimiento también puede serlo si se atiende tempranamente a los indicadores y las situaciones son corregidas.
Desgraciadamente, las cosas suelen ser más complejas para muchísimas personas atrapadas en la trama del sufrimiento de manera permanente. Aunque la adicción al sufrimiento puede explicarse hoy día por su bioquímica cerebral como cualquier otra adicción, en numerosos casos aparece también como una necesidad. El desarrollo emocional insuficiente impediría ‘ser’ y sentirse vivo. El sufrimiento, que es también una manera de sentirse, reemplaza a otros sentimientos de sí más adecuados y se instala proveyendo la necesaria sensación vital Así, el sufrimiento deviene el único sistema de‘feed-back’ a la mano.
Todo sufre en diferentes grados y con distintos volúmenes. Todo contribuye a este gran caldero en donde se refríen hasta los más templados.
La ‘participación’ de cada cual no es de acuerdo a su ‘posibilidad’ sino de acuerdo a su inconsciencia.
Parodiando al poeta:
“Sufres?
Sí, soy un cementerio nuevo
que ha estrenado esta tarde
a una emoción que ha muerto…”